martes, 28 de junio de 2016

EL BOSQUE DE LOS SORTILEGIOS (EPISODIO #197)


Arruando cual cerdo intimidado, la bestia salvaje arrimaba su enfado. Estaba aterrado, su castigo era inminente. El pánico me paralizaba. Como podía, me arrodillaba. Manoteando la tierra buscaba mi lanza. La tocaba. Todo sucedía con una lentitud que arrollaba. Cuando finalmente lograba sujetarla, el gato sorprendía a mis espaldas abalanzándose sobre su jeta alargada. Mi cuerpo temblequeaba. Cabeceo mediante el jabalí lo expulsaba. Astor volaba. Oyendo sus maullidos de espanto, retrocedía hasta una planta. La bestia asesina me clavaba en los ojos su mirada llena de rabia. Sus colmillos me revolvían la panza. No tenía sentido huir como una rata. Apuntándole la lanza, buscaba amedrentarlo y avanzaba.