viernes, 1 de julio de 2016

EL BOSQUE DE LOS SORTILEGIOS (EPISODIO #203)


Concentrando en su cuerpo tieso, ubicaba mis piernas detrás de sus largos caninos asesinos. Estaba muriendo, aun así de un mordisco podía arrancarme un miembro. Elevando la piedra con mi mano derecha juntaba coraje para terminar con su sufrimiento. ¡Diablos, no podía hacerlo! Cabizbajo retrocedía pensando en lo que estaba haciendo. Las lágrimas recorrían mis mejillas. Me sentía un asesino, sin embargo mi estómago famélico me incitaba a hacerlo. De pronto oía un zumbido muy intenso. Una fuerza déspota me abalanzaba sobre su cuerpo yerto. La bestia finalmente moría de un golpe seco en la cabeza.