sábado, 28 de mayo de 2016

EL BOSQUE DE LOS SORTILEGIOS (EPISODIO #164)


La serpiente nos abandonaba, enroscándose en una rama. Metros abajo el gato Astor nos esperaba, parado en cuatro patas con las orejas aplanadas. Mi valiente amada se adelantaba, conociendo que las alturas me afectaban y podían conducirnos a la nada. Las abejas extrañas rodeaban la copa pero no se adentraban. Nosotros descendíamos y ellas nos seguían como la sombra macabra. A poco menos de cinco metros de pisar tierra nos sorprendía el niño indio, subido al lomo de Ringo. Nuestro caballo hasta se daba el gusto de recibirnos con un relincho, como si nada pasara. Arisco hasta los cascos, nada lo perturbaba. Lo admiraba. La última rama podía servirnos de puente. Sin comentarios acortábamos distancia, pese a que las abejas se multiplicaban y, ciertamente, intimidaban.